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El relevante cine nórdico

El desarrollo del cine mudo en la escuela escandinava conocida como escuela nórdica abarca las producciones de Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noruega e Islandia. Se inicia primeramente en Dinamarca, en 1906, Ole Olsen funda la Nordisk Films, productora que realizará más de 140 películas. En 1911, Carl Magnusson y Julius Jaenzon crean estudios de alto nivel tecnológico para la Svenska Biografteatern, dando el paso decisivo para el impulso de la tradición cinematográfica en Suecia, esta empresa ya había realizado melodramas históricos (El rey Gustavo Adolfo III,1910) y piezas bucólicas (Los relatos del maestro Stal,1909) pero los nuevos estudios facilitan la producción, permitiendo nuevas técnicas destacan creaciones como “Dos Suecos en América” (1912). El cine Noruego y Finlandés, en contraposición a sus vecinos nórdicos, no tiene una proyección tan internacional. La primera obra Noruega es “Peligros de la vida de un pescador” (1908) de Julius Jurtzon, producida por la productora de Hugo Hermansen. La International Film Kompagni es la siguiente gran productora Noruega con obras como “La maldición de la pobreza” (1911). En Finlandia destaca Apollo Studio. Posteriormente los principales directores fueron atraídos por Hollywood, incorporándose a las corrientes internacionales. El éxito del cine nórdico en este momento se debe a la calidad técnica , el dominio del melodrama popular y la posesión de grandes estrellas como Asta Nielsen.

 

Los cineastas nórdicos se mantienen unidos en un nuevo modo de expresión visual que aplica a sus temas un sentido profundamente humano, de resonancia poética. Expresan una marcada tendencia artística cultural. El tema más recurrido será la existencia del hombre, su vida y su muerte, el conflicto psicológico de los personajes, cuestiones existencialistas (la libertad, el bien y el mal…).  Además se tratan otros aspectos como el impacto de la naturaleza (la vida al aire libre, ríos, montañas…) y la familia y sus valores. Este cine está todavía en sus comienzos, carente de lenguaje propio, adapta argumentos y técnicas literarias, al igual que se contratan figuras de la escena teatral. La fotografía es uno de los grandes pilares de su cine.

 

Entre los más importantes creadores destaca el danés Carl Theodor Dreyer.

Su cine oscila entre la inquietud sobrenatural de raíz cristiana, el sentimiento existencialista y el realismo cotidiano. La fama le llegó gracias a “El amo de la casa” (1925) pero su verdadera obra, por la que su nombre aún sigue grabado en nuestras calaveras, es “La pasión de Juana de Arco” (1928), grabada en Francia, la preocupación escenográfica es mínima, la fuerza de la película viene de las interpretaciones; las emociones humanas que transmite el rostro de Maria Falconetti hacen historia. También destacan otras películas como “Páginas del libro de Satanás” (1920).

 

Otro grande es el sueco Victor  Sjostrom.  Tiene sus inicios en el teatro, en una compañía teatral ambulante, para después convertirse en director llegando a dirigir más de 50 películas. Entre sus películas destacan “El carretero”, basada en la obra de Selma Lagerlof, premio Nobel de literatura en 1909, además de otras como “La mujer marcada” o “El viento”.

 

El último gran autor de este marco es Mauritz Stiller dedicó toda su carrera al cine (director, actor, guionista) llegando a trabajar en Hollywood y cultivando todos los géneros, desde la comedia al drama. Su estilo se caracteriza por la elegancia, el gusto por la experimentación y su capacidad para dirigir actores como Greta Garbo. En 1916 estrenó “Vingarne”, quizá la primera película de la historia con argumento relativo a la homosexualidad. En EEUU dirigió películas como “Hotel Imperial” o “Street of Sin”.

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