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Europa se renueva y sobrevive

LA OFERTA CINEMATOGRAFICA EUROPEA

En los años sesenta, la taquilla británica y el número de salas disponibles habían descendido considerablemente en comparación a las cifras de 25 años atrás.  Desde el punto de vista del negocio había un dato positivo al que podía agarrarse la industria. La diversificación de la inversión se estaba adaptando a un nuevo concepto de público y a una exploración creativa rígida. Aparecen en Europa los movimientos Co-op que perseguían una postura radical e intentaban independizarse tanto de la estética vigente como de la práctica institucional.

Con este panorama de fondo, el cine inglés de los sesenta va a continuar dividido por un lado los directores que trabajaban para el cine estadounidense y por otro los que conservaban una iniciativa más europea. Son estos últimos los que van confirmando la identidad del cine británico. Entre los primeros impulsores del cine británico de este periodo encontramos al director, productor y guionista Robert Fuest el cual destaca por sus películas como "The Avengers, 1968-1969", "The Abominable Dr. Phibes, 1971", "Los nuevos vengadores, 1976". Es también la televisión la que en un principio impulsa las adaptaciones sobre todo los clásicos de la literatura de directores como Dekbert Mann quien tiene entre sus manos títulos como "Jane Eye, 1970", "David Copperfield, 1969".

En la década de los sesenta podemos destacar "Entertaining Mr. Sloane, 1970" de Douglas Hickox, "Prick up yor Ears, 1987" de Stephen Frears. Algunas de las obras de la década provienen de la inspiración literaria como "Ryan´s Daughter, 1970" de David Lean o "A passage to India, 1984". Ken Hughes dirige "Cromwell ,1970" o "The Last Valley, 1970". También unida a las fuentes literarias "The Private Life of Sherlock Holmes, 1970" de Billy Wilder. Se consolida también un grupo clave para la comprensión de la comedia británica moderna "Monty Python´s Flying Circus, 1969-1974", "And Now For something Different, 1972" de Ian MacNaughton, "Life of Brian, 1979" de Terry Jones.

En 1971 se inauguró la National Film School, su primer director fue el escocés Colin Young. Durante la época el productor independiente más importante fue Sir David Puttnam que se estrenó con "Melody, 1971", "That´ll be the day, 1973" y "Stardust, 1974", "Bugsy Malone, 1976", "Midnight Express, 1978" y "The Duellists, 1977".

Durante los sesenta, encontramos los primeros ejercicios de Peter Greenaway "H Is for House, 1973", "Windows, 1975", "Water, 1975", "Water Wrackets, 1975", "Goole by Numbers, 1967", "Dear Phone, 1977", "One to one hundred, 1978", "A Walk Through H, 1978".  Ken Russel supone un repulsivo cine europeo donde destaca "French Dressing, 1964", "Women in Love, 1969", "The Music Lovers, 1971", "Mahler, 1974", "Lisztomanía, 1975", "Franz Liszt, y Tommy, 1975". Por un lado está "Perforance, 1970" de Donald Cammell y Nicholas Roeg y por otra "Quadrophenia, 1979". Por último se puede mencionar el trabajo del londinense Nicholas Roeg quien dirige obras como "Don´t look Now, 1973" y "The Man Who Fell to Earth, 1976".

La efervescencia creativa de los años sesenta, el impacto social y político de Mayo de 1968 y la convivencia de géneros populares con otros planteamientos más concienzudos influyeron tanto en el cine francés posterior como en el enfoque de las teorías fílmicas. Por otra parte la comedia permanece ocupando el lugar preferente que siempre ha tenido en el cine europeo como "La folie des frandeurs, 1971". En esta época se producirá uno de los mayores éxitos de la comedia francesa "La cage aux folles, 1978" de Edouard Molinaro.  El director y el guión fueron nominados al Oscar, ganando el globo de oro.

Se inicia en la comedia Jean Pierre Léaud y la serie de Antoine Doinel. Truffaut combina estos intentos con otros títulos más cálidos "El pequeño salvaje, 1970". Al año siguiente publica "Sos inglesas y el amor, 1971", "Una chica tan decente como yo, 1972", "La noche americana, 1973" y como último "El último metro, 1980" que le devolverá el prestigio. Claude Chabrol empezó a escribir los guiones de sus películas como "El carnicera, 1970" y "Las relaciones sangrientas, 1973" en un entorno adúltero.

Por su parte Eric Rohmer inauguró la década con "La rodilla de Clara, 1970" o "El amor después del mediodía, 1972" a través de la que exploraba la naturaleza del amor. En la segunda mitad de la década destacan dos títulos "La marquesa de O, 1976" y "Perceval le Gallois, 1978" que no obtuvo buenas críticas.

Para Lelouch la decada se los 70 es un poco irregular. Publicó "El Canalla" (1970) y pocos años despues publicó "Una dama y un bribón"( 1973). En los sucesores de la heneracion se encuentra Maurice Pialat, con la publicacion de L'enfance nue (1968) que algunos criticos equiparaban con el cine Vittorio de Sica.

Años mas tarde Bertrand Tavernier publicó El relojero de Saint Paul (1974), !Que comience la fiesta (1975) y el Juez asesino (1976) aunque ninguno de los dos titulos fue especialmente memorable.

En Pierre Granier-Deferre encontramos "Le chat, 1971" y "La viuda Couderc, 1971". De Michel Drach destaca "Les violons du bal, 1974". En el grupo de directores surgidos tras la nouvelle vague hay que mencionar a Jean Eustache con obras como "La maman et la putain, 1973" o "Mes petites amoureuses, 1974". Una vez abolida la censura de 1967, dos vertientes cinematográficas dispares comenzaron a desarrollarse.

La segunda vertiente temática sería el cine militante. Entre los principales impulsores se encontraba un grupo de mujeres directoras: Yanick Bellon, con “La mujer de Juan” (1974) y Diane Kurys con “ Colegialas adolescentes”. A este grupo también pertenencia títulos como “Le Chagrin et la Pitié” (1971), de Marcel Ophuls y “Lacombe Lucien” de Louis Malle. En los años 70, los Estudios Cinecittá se convierten en el principal centro de producción de Italia e internacional. Durante esta década el cine Italiano tuvo grandes cambios. El tratamiento de este periodo tuvo a muy diversos protagonistas. Por una parte Bernardo Bertolucci lo aborda en "Il conformista, 1970", Federico Fellini en "Amarcord, 1973". Vittorio De Sica aporta una temática de cr´tica social fundamentalmente pesimista en su análisis de las injusticias entre clases. Las últimas películas de De Sica tuvieron la clara intención de cerrar su filmografía con la mayor gloria posible "El jardín de los Finzi-Contini, 1971", "Amargo despertar, 1974".

En las obras de Federico Fellini se muestra un mundo de pesadillas, cuya meta es la crítica social. Publicó “Bocaccio 70” (1962), también “Casanova” (1977) y “Roma” (1972).El éxito de “La muerte en Venecia” (Visconti, 1971) no fue repetido por su siguiente título “ Luis II de Baviera, le rey loco”. También publicó el “Confidencias” (1974) y “El Inocente” (1976).  Pier Paolo Pasolini publicó “El decamerón” (1971) y años después publicó “Salo o los 120 días de Sodoma, 1975"

A comienzos de la década, Pupi Avati, hermano del también director, guionista y productor Antonio Avati, aporta una personal aproximación a los temas tradicionales del cine de terror como "Balsamus, 1970", "La casa dalle finestra che ridono, 1976" o "Thomas e gli indemoniati, 1970"

Dario Argento responde al sensacionalismo, al abuso de sangre y las masacres, haciendo alusión a esto publica “El gato de nueve colas” (1970) y “Suspiria” (1977). En esta década, van retomando el hilo de algunas bases senstadas en la década anterior en los títulos como “ La batalla de Argel” (1966) o “Queimada” (1969). Liliana Cavani por momentos transgresora, displomada en el Centro Sperimentale di Cinematografia, se adentra en el proceloso mundo de Antigona en 1970, y profundiza con "Más allá del bien y del mal, 1977". En uno de esos intentos globalizadores de los que se hablaba anteriormente, el western se acerca a Italia con "Por un puñado de dólares, 1964" de Sergio Leone. Entre mediados de los sesenta y finales de los setenta se produjeron en trno a 400 westerns italianos.  “La llamaban Trinidad” (1971); “Le seguían llamando Trinidad” (1971) y por último “Y después lle llamaron el magnífico" (1972). Esta comedia se nutre de directos, actores y guionistas, como Roberto Benigni, Guiseppe Bertolucci y por último Massimo Troisi. Cambiando de bando, en el Nuevo Cine Alemán resaltan Volker Schlöndirff, Rainer Werner, Werner Herzog y Wim Werdens.

La narrativa americana está más presente en el cine de Wim Wenders y Rainer Werner Fassbinder que la herencia alemana. Basta con detenerse en su obra para comprender el alcance de tal influencia. Desarrolla una "El miedo del portero ante el penalty, 1972", "Alicia in den Stadten, 1974" o "Im Lauf der Zeit, 1976". También haciendo homenaje a la narrativa estadounidense rueda "El amigo americano, 1977", libre adaptación de la novela de Patricia Highsmith.  Fassbinder especializado en melodramas, publicó titulos como “Todos nos llamamos Alí” (1974), “El matrimonio de Maria Braun (1979). Con la primera publicación obtuvo un gran éxito. El interés de Fassbinder eran sus propias declaraciones. En esta década se encuentran varias películas importantes como pueden ser “El mercader de la cuatro estaciones”. El nuevo cine Alemán comparte intereses sociales con la temática. Werner Herzog consigue traspasar las fronteras de su país y alcanzar el éxito suficiente en el mercado internacional.

Volker Schlondorff se convierte en el director más reconocido de la década. También interesado en la dinámica de los personajes y muy unido a la tradición literaria alemana dirige "El honor perdido de Katharina Blum, 1975" o "Tiro de gracia, 1976". Pero sin duda su mejor película fue "El tambor de hojalata, 1979".

A principios de los 70 producir una película costaba una gran cantidad de dinero, por lo que no se va a producir una turbulencia sociopolítica, pero si van a irse perfilando las formas de expresión.  La lógica pretensión de que los miembros de la junta censora se hiciera democráticamente acarreaba también consigo la petición de que en ella participasen de forma mayoritaria los profesionales del ámbito cinematográfico. La Asamblea planteaba no pocas peticiones y todas ellas muy importantes para el diseño de una cinematografía que pudiese consolidarse de una forma adulta. Una de las vías por las que se intenta iniciar la apertura es la realización de algunos títulos experimentales en los que se exploraban problemas sociopolíticos que afectaban al país en ese momento. "El desastre Annual, 1970" destaca de Ricardo Franco o "Esquizo, 1970" dirigida por Ricardo Bofill. La película más representativa de la diversidad del panorama son "Tristana, 1970, "Cabezas cortadas, 1970" y "No desearrás al vecino del quinto, 1970".

Las bases de la españolada, desembocarían en el “destape”, cuyas características pasaban por la necesidad erótica. Los principales títulos fueron “ Las señoritas de mala compañía” y “Un casanova en apuros”.  Este tipo de cine contemplaba títulos como “Deseo Carnal” (1977), y “La orgía” (1978). El destape no significó sin embargo una liberación social ni un paso adelante en la evolución de la igualdad de géneros.

En Rusia encontramos la obra de Andrei Tarkovski "Solaris, 1972"o "Andrei Rublev, 1966". El empeño de Tarkovski por construir su propio mundo intentando llevar la relación del cine con el arte hasta propuestas en ocasiones difíciles se puede descifrar en "El espejo, 1974", "El canto del tel tordo, 1970". Desde la caída de Kruschev como referencia en 1964, Bulgaria se vio afectada por sucesivos directores y guionistas exiliados voluntariamentes hasta que en 1971 Pavel Pissareu accedió al puesto.

Tras la Primavera de Praga de 1968, algunos títulos que se habían producido en la década de los setenta fueron prohibidos de forma permanente.  A finales de los sesenta y principios de los setenta, los cambios políticos en Polonia dan lugar a una ilustración de os acontecimientos sociales a través del documental.  Esto fue impulsado por un grupo de directores como “ Krzysztof Kieslowski y Marcel Marczewski. Andrzej Wajda dirige "El hombre de mármol, 1976", "La tierra de la gran promesa, 1975" o "La Boda, 1973". En Rumanía el régimen de Ceaucescu marcado por el anti intelectualismo y el pluralismo impone una línea constrictora en el contenido de las películas, aunque no es tan estricto con la forma. La yugoslavia de esta década registra las contradicciones políticas intensas a través de películas de corte popular. Dos nuevos géneros hacen aparición.

En Hungría, durante los años setenta se encuentra un nuevo camino a través de un subgénero, conocido como la parábola histórica. A partir de 1968 muchos directores adaptaron este nuevo modo narrativo. Publicaciones como “ A magyar ugaron” (1972) y “Bekötött szemmel” (1975).

RELEVOS EN EL CINE EUROPEO. AÑOS DE TRANSFORMACIÓN

Al igual que el cine americano, el cine europeo sufrió debido a la consolidación de la televisión, aunque las dimensiones de esta crisis no fueron iguales en todos los países. Francia es un ejemplo de esto. Mientras algunos como Godard seguían con su radicalismo de ruptura con La Chinoise o Week-end, la crisis política conmocionó a muchos, inspirando muchas propuestas cinematográfico y convirtiéndose en un punto y a parte en la carrera de muchos cineastas.

Godard por ejemplo se marginó en el cine-guerrilla. Durante esta etapa creó One Plus One, del año 1969, rodada en Inglaterra y Vento dell’Este, durante la cual se creó el grupo Dziga Vértov, responsable de las siguientes películas militantes de Godard y de sus camaradas: Lotte in Italia, autocrítica y Vladimir et Rosa, rodada para la televisión alemana. Este cine marginado resultó tener poca influencia social, por lo que Godard decidió volver a la industria con obras como Todo va bien, introduciendo el tema de la servidumbre.

Otro cineasta influído enormemente por la crisis fue  Alain Resnais. En su obra Te amo, te amo, reflexionaba sobre su creencia del pasado en el hombre. En 1934 llevó a la gran pantalla Stavisky, el affair que conmovió a Francia.

Louis Malle rodó el documental Calcuta, una reflexión política que desmitificaba la conducta en la Francia rural durante la ocupación.

Contrastado con lo anterior, François Truffaut y de Claude Chabrol avanzaron en su carrera sin sorpresas. Truffaut crearía en 1966 Fahrenheit 451, en 1967 La novia vestía de negro y La sirena de Mississipi en 1969. Recurrirá de nuevo al tema de la adolescencia perdida en su obra El niño salvaje, y volvería a adaptar a HenriPierre Roché en Las dos iglesias y el amor. En su otra obra La noche americana exaltó el mundo del cine.

Claude Chabrol se centró en las historias policíacas como La mujer infiel y El carnicero, como Pierre Melville con El silencio de un hombre, Círculo rojo y Crónica negra.

En la época posterior a 1968 se observa un cambio de moda, en el que el cine político novelaba episodios históricos recientes, siguiendo los procedimientos utilizados por Méliès en El proceso Dreyfus. Representantes exitosos de esta corriente fueron el realizador Constantin Costa-Gavras y el escritor español Jorge Semprún, inaugurándola con Z , inspirada en la situación militar en la que estaba sumida Grecia. Siguieron esta misma corriente con La Confesión, de 1970, inspirada en la crisis checoslovaca de 1968 y Estado de sitio, basada en la guerrilla urbana de Montevideo y con guión de Franco Solinas. En el mismo ciclo  incluimos a Yves Boisset El atentado película sobre el secuestro y asesinato de Ben Barka en París

En el cine italiano encontramos una evolución variada, formada a partir de las crisis creativas de reconocidos directores veteranos. Antonini por ejemplo, creó en 1966 Blow-up, basada en lo equívocas que pueden ser las apariencia, mientras en Zabriskie Point exaltaba la moral hippy. Mientras, Fellini versionaba Satyricon de Petronio y comenzaba su serie de memorias con Fellini-Roma y Amarcord.

Visconti por su parte también tendió al manerismo tras su brillante La caída de los dioses, en la que relata la historia de una adinerada familia en el Tercer Reich, Muerte en Venecia y Luis II de Baviera.

Francesco Rosi trataba de continuar las propuestas histórico-periodísticas de Salvatore Giuliano con El caso Mattei y Lucky Luciano, por su parte Pasolini intentaba profundizar más con su simbolismo en Pajaritos y pajarracos, corriente apoyada en ocasiones en textos y mitos clásicos, desarrollada también en Edipo, el hijo de la fortuna, Teorema, La pocilga y Medea. Buscando una poética popular, adaptó colecciones de cuentos truculentos con Decamerón, Los cuentos de Canterbury y LAS 1001 noches.

Los realizadores más jóvenes exploraban nuevas fórmulas narrativas. Marco Bellocchio avanzó en su discurso ideológico con la obra China está cerca, En nombre del padre y Noticia de una violación en primera página. Bernardo Bertolucci produjo las obras Partner, El conformista, donde adaptaba a Moravia y La estrategia de la araña esta vez adaptando a Jorge Luis Borges. Triunfaría definitivamente con Último tango en París, prohibida en italia.

Como destructor de todo lo tradicional en cuanto a técnica cinematográfica destacamos a Carmelo Bene, autor de Nostra signora dei Turchi, Don Giovanni y Salomé, una obra de cine-ópera.

Marco Ferreri, tras adaptar a Kafka en La audiencia, escandalizaría al mundo con su La gran comilona.

Paolo y Vittorio Taviani llevarían a cabo una profunda investigación sobre el discurso en el cine con: Hay que quemar a un hombre, I sovversivi, Bajo el signo del escorpión, ¡No estoy solo!, Michele aveva un gallo y Allonsanfan.

 

En cuanto al cine británico, podemos decir que dejó ver cierto academicismo, por ejemplo en obras como If… de Lindsay Anderson y en otras películas como La última carga de Tony Richardson e Isadora, donde Karel Reisz sacó a la luz la biografía de Isadora Duncan. En Domingo, maldito domingo, aportaría un análisis de una amistad homosexual.

En esos años, Ken Russell se convertiría en la revelación del momento, adapatando Mujeres enamoradas de D.H Lawrence. Más tarde biografiaría a Chaikovski en La pasión de vivir, haciendo un análisis político del proceso de Loudun en Los demonios, del año 1971.

Sus últimas producciones podemos tratarlas de banales. Nos referimos a la cinta musical El novio y la biografía Una sombra en el pasado.

Kenneth Loach por su parte, se dedicó a algo más intimista, reflejado en Kes, de aires biográficos y en Vida de familia que mostraba la destrucción psíquica de una joven.

 

En Europa central triunfó un cine alemán jóven, posible gracias a las ayudas económicas oficiales. Jean-Marie Straub, pionero de este movimiento, creó las obras Chronik der Anna Magdalena Bach y Othon.

Volker Schlöndorff adaptó El joven Törless de Robert Musil, que hablaba sobre la crueldad del pueblo prusiano en un internado para estudiantes. En su obra Mord und Totschlag (Asesinato y homicidio) representó a los jóvenes alemanes inadaptados y en El rebelde, exaltó la revuelta campesina. También crearía La repentina riqueza de los pobres de Kombach.

Alexander Kluge por su parte, introduciría el subjetivismo expositivo con Una muchacha sin historia, Los artistas bajo la carpa del circo: perplejos

Además de los ya mencionados destacan: Peter Fleischmann con Escenas de caza en la baja Baviera y Johannes Schaaf con su obra Tatuaje y Trotta

 

En Suecia, el panorama del cine siguió liderado por Ingmar Bergman, que exageró su rigor ético estudiando las servidumbres de la condición humana en La hora del lobo, La vergüenza, El rito, Pasión, Gritos y susurros y Secretos de un matrimonio.

Bo Widerberg hizo en Adalen 31, hizo una crónica sobre la huelga que llevó al partido socialista al poder en el país. Crearía también Joe Hill.

Vilgot Sjömann realizaría Mi hermana, mi amor, para después triunfar con Yo soy curiosa. Esta película crearía revuelo por la franqueza con que trata el tema sexual y por el hecho de que en el final de la película, la protagonista clava dos cuchillos en los ojos al general Franco.

Mai Zetterling escandalizaría también con su Juegos de noche y Las chicas.

Jan Troell se revelaría con Los emigrantes, obra formada por Los emigrantes y El Nuevo mundo. Más tarde rodaría en EE.UU. La esposa comprada, un anti-western.

 

Durantes estos años surgirían en Europa dos puntos cinematográficos interesantes: Bélgica y Suiza. André Delvaux saldría a la luz en la Bélgica de habla flamenca, levantando interés por sus estudios sobre el subjetivismo humano. Encontramos este tema en sus obras El hombre del cráneo rasurado, Una noche… Un tren, Cita en Bray y Bella.

En suiza surgiría en la década de los sesenta un movimiento que tendía hacia el examen y la crítica. Uno de los impulsores de este tema sería Alain Tanner con Charles, muerto o vivo, La salamandra, El regreso de África y El centro del mundo.

Claude Goretta por su parte aplicaría el recurso irónico en La invitación.

CRISIS Y SUPERVIVENCIA DE LOS CINES EUROPEOS

Con la competencia de la TV y la imposibilidad de compararse con las producciones americanas, el cine europeo entró en una crisis, atenuada en cierto modo por las políticas proteccionistas y por los trabajos realizados para las televisiones.

En Francia, Robert Benson se había mantenido inactivo durante cinco años, entre su obra El diablo probablemente  y El dinero.

Jean Eustache, único continuador de la corriente de la “nueva ola” con su obra La maman et la putain, se había suicidado en 1981, dando muestra del panorama del cine francés. A pesar de esto, algunos nombres importantes consiguieron esquivar el desastre. Mencionaremos a Truffaut con sus obras La historia de Adèle H.; La chambre verte; en la obra de teatro El último metro; La mujer de al lado. Truffaut moriría tras crear Vivamente el domingo.

Alain Resnais continuó con su estudio del positivismo humano a través de la imaginación de un escritor enfermo en Providencia. Dirigió también Mi tío de América. Su obra personal seguiría adelante con La vie est un roman. También en L’Amour à mort también se guía por su gusto por el conocimiento humano. En Mélo adaptaría una obra teatral de Bernstein.

Godard continuó con su gusto por experimentar con Sálvese quien pueda, película de tema pesimista. En 1982 produciría Passion y Nombre: Carmen en 1983. En 1984 haría una interpretación liberal de la maternidad de la virgen en Yo te saludo María,con la que despertaría la polémica. Rodaría en 1985 El detective.

Jacques Rivette crearía en 1981 su obra menos conocida, Le Pont du Nord, en la que reunía muchos de los motivos utilizados en sus películas anteriores, como una organización misteriosa que amenaza París.

Éric Rohnmer aportaría una mezcla de clasicismo e innovación con Seis cuentos morales; La marquesa de O y Perceval le Gallois. Iniciaría con su obra La mujer del aviador una serie de películas tituladas “Comedias y Proverbios”, a las que seguirían La buena boda, Paulina en la playa, Las noches de luna llena y El rayo verde.

En esta época aparecería en el panorama la novelista Marguerite Duras, que ganaría el premio Louis Delluc con su primer largometraje, El relojero de Saint Paul, obra seguida de ¡ Qué empiece la fiesta!; El juez y el asesino; La muerte en directo y Une semaine de vacances. Pero su Alrededor de la media noche fue un fracaso.

La victoria socialista en las urnas supuso una reforma profunda en el sector audiovisual, en la que se incluían una serie de subvenciones a priori para el cine galo. Algunos realizadores veteranos volvieron a escena tras estar inactivos, como Jacques Demy con Una habitación en la ciudad y Agnès Varda que trató el tema de la marginación de la mujer en Sin techo ni ley. La derrota del partido socialista en favor de los conservadores, llevó a un futuro de incertidumbre.

 

En Italia, Pasolini fue asesinado en 1975 tras rodar Saló o los 120 días de Sodoma, tras esto, morirían también Luchino Visconti y Roberto Rossellini.

Aunque la crisis afectó a autores veteranos, Fellini consiguió reunir el dinero necesario para crear la biografía de Casanova y La ciudad de las mujeres, películas que dejaban ver en cierto modo falta de inspiración en el director. En Ensayo de orquesta, demostró que a veces menos es más en cuanto a recursos. En su obra La ciudad de las mujeres habla sobre la relación entre la mujer y el hombre latino que ha crecido educado en el catolicismo. En 1983, en su obra Y la nave va hace referencia a la Primera Guerra mundial, y dejando ver al final que los escenarios en los que tenía lugar la película no eran más que decorados. Este hecho encajó perfectamente con lo que despertaría su interés en su siguiente etapa, el show bussiness. En esta obra, titulada Ginger y Fred se dedicó a hacer una crítica a la esclavitud de las tv privadas y a la vez un tributo desde el cariño a los mitos del cine norteamericano.

Michelangelo Antonioni tuvo también en estos años, un momento menos productivo dentro de su carrera. Creó De profesión, reportero, que dejó ver su voluntad de seguir experimentando, adaptando de videocine electrónico a imagen química su obra El misterio de Oberwald. Su obra Identificación de una mujer confirmó su gusto por la modernidad.

Francesco Rosi por su parte, continuó con su reflexión sobre el poder en Excelentísimos cadáveres, adaptando una obra de Leonardo Sciascia El contexto. En esta obra evocó la Italia rural durante la época fascista. Cristo se paró en Eboli y Tres hermanos son otras de sus obras. En esta última reflexionó sobre las diferencias existentes en la Italia moderna reuniendo a tres hermanos ante el lecho de su padre.

Marco Ferreri impuso un examen a los instintos humanos, sobre todo a las relaciones sexuales: La última mujer; Adiós al macho; Ordinaria locura. En Historia de Piera recogió las relaciones sexuales entre una madre y su hija. Por último, en su obra El futuro es mujer llegó a la conclusión de que una mujer no puede existir sin maternidad.

El estudio del mundo rural, presentes en las obras de De Santis, aparecieron en obras como El árbol de los zuecos, film de Ermanno Olmi y Padre Patrón de los hermanos Tiviani, premiadas las dos en el Festival Internacional de cine de Cannes. En su siguiente largometraje, El prado, no alcanzaron al mismo nivel, pero posteriormente crearon un cuento en La noche de san Lorenzo, que se basaba en una matanza nazi. Esta historia estaba contando desde el punto de vista de un niño. En Kaos, recrean varios cuentos de Pirandello sobre la Sicilia rural. Pero la gran obra del cine rural sería 1900 obra en dos partes en las que se habla de dos familias, una de campesinos y otra de adinerados propietarios rurales. Después de esta, vendría La luna y La historia de un hombre ridículo, que habla del secuestro del hijo de un fabricante de quesos.

Liliana Cavani creó Portero de noche, en el que relataba una relación sentimental sadomasoquista. Posteriormente realizaría una biografía de Nietzsche en Más allá del bien y del mal y después adaptaría a Malaparte en La piel. Después crearía Tras la puerta, donde hablaba de las perversiones de Freud y adaptaría la novela La cruz budista de Tanizaki en la obra Berlín interior. En Portero de la noche descubrió que la historia nazi ofrecía posibilidades tanto escenográficas como psicológicas ideales para tratar perversiones sexuales.

Ettore Scola resultó ser uno de los realizadores más exitosos del momento. En su obra La terraza reflexionó sobre la culpabilidad de los intelectuales italianos en la crisis del país. Adaptaría Fosca de Igino Ugo Tarchetti en Passione d’amore, mientras que en La noche de Varennes recreó la fuga del rey Luis XVI y su esposa. En lo más alto de su carrera, Scola llevó a la gran pantalla El baile.  En esta obra recrea etapas decisivas de la historia contemporánea en un salón de baile.

Entre los más jóvenes de la época destaca Marco Tulio Giordana con Maledetti, vi amèro que fue un testimonio del fracaso juvenil de la extrema izquierda.

El cine británico fue uno de los más afectados por la crisis y por la colonización americana. Películas norteamericanas como Superman; Alien; Flash Gordon; Nijinsky; El resplandor o En busca del arca perdida se rodaron en estudios americanos.

Ken Russel rodaría Tommy una ópera rock a medio camino entre lo británico y lo americano. Crea también Valentino y Un viaje alucinante al fondo de la mente, en la que actualiza el mito del doctor Jekyll y mister Hyde. John Schlesinger regresaba de su éxodo de hollywood para crear Yanquis en la que sitúa a los soldados del Tío Sam en tierras británicas durante la segunda guerra mundial.

David Lynch rodaría El hombre elefante para desmitificar el cine de terror de monstruos.

Karel Reisz realizaba el exitoso film La mujer del teniente francés, basado en la novela de John Fowless.

James Ivory, californiano que trabajaba para la industria inglesa, crearía Los europeos adaptando una novela de Henry James. Después adaptaría a Jean Rhys Quarter; la de Henry James Las botonianas y la de E. M. Foster Habitación con vistas.

El mayor éxito de la época vino de manos de Alan Parker, y sería la obra situada en Turquía El expreso de medianoche relantado la historia de un joven inglés recluído en una cárcel turca por contrabando de drogas. Otra obra importante fue Carros de fuego de Hugh Hudson. Esta cinta sería galardonada por la industria de Hollywood y tras ella, Hudson llevaría a la gran pantalla Greystoke, la leyenda de Tarzán. La nostalgia que sufrían los británicos por el imperialismo se plasmó en el ciclo de obras que redescubrían el territorio indú y entre las que destacaron Oriente y Occidente de James Ivory, Gandhi de Richard Attenborough y Pasaje a la india de David Lean. En contraste con esta mirada al pasado, la modernidad del cine británico la representaron títulos como El contrato del dibujante de Peter Greenaway, la lectura retorcida del mítico cuento de Caperucita de Neil Jordan en En compañía de lobos y Mi hermosa lavandería  de Stephen Frears.

La cinematografía alemana fue la que demostró más originalidad durante años apoyada por las políticas proteccionistas. En este panorama destacamos al director Rainer Werner Fassbinder, que debutó en el campo del largometraje en 1965, fundando en 1971 su propia productora “Tango Film”. En sus obras renovó el melodrama utilizado anteriormente por Douglas Sirk, teñido por su sensibilidad homosecual. Podemos destacar de entre sus films: Las amargas lágrimas de Petra von Kant, basada en una obra de teatro del propio director; La ley del más fuerte; Viaje a la felicidad de mamá; El asado de Satán y Desesperación. A partir de El matrimonio de María Braun, empezó una recreación en sus obras de la Alemania moderna, que cerró con Lil Marleen, una canción, ambientada en la guerra; La ansiedad de Veronika Voss. En el año 1982 su carrera se truncó lo que dió lugar a que con su muerte, se barajara la opción del suicidio.

Werner Herzog estudió personajes singulares, marginados, poseídos por sus instintos, Dentro de su grupo de antihéroes trágicos destacaron el conquistador español Aguirre, la cólera de Dios, la víctima de una sociedad ya impuesta: El enigma de Kaspar Hauser, un emigrado a Estados Unidos fracasado Stroszek; y un vampiro y su soledad eterna Nosferatu, el vampiro de la noche. Otras de sus obras son: Fitzcarraldo y Donde sueñan las hormigas verdes.

Destacamos en estos años también a Wim Wenders, que influído por el cine norteamericano  crearía Alicia en las ciudades; En el curso del tiempo; El amigo americano y Relámpago sobre el agua. De lo aprendido de Coppola surgiría El hombre de Chinatown y El estado de las cosas y París, Texas. Este film se llevaría la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cannes.

A través de los nuevos realizadores se observa el renovado interés por el cine alemán con obras como El cuchillo en la cabeza de Reinhard Hauff o éxitos de los más veteranos como El tambor de hojalata de Volker Schlöndorff, premiada en el festival de Cannes o Las hermanas alemanas premiado en Venecia de Margarethe von Trotta, en la que hacía una reflexión sobre el terrorismo político. En Locura de mujer aportaba a la gran pantalla un poco del discurso feminista.

Mencionamos también La mujer flambeada de Robert Van Ackeren. En un punto mucho más experimental encontramos al suizo Daniel Schmid que recuperó el melodrama en La paloma; a Werner Schroeter con El reino de Nápoles y a Jürgen Syberberg, que culminó su ciclo de declaraciones biográficas e históricas con Winifred Wagner en 1975. En 1977 dedicaría siete horas a Hitler en: Hitler, eine Film aus Deutschland. En 1981 crearía Parsifal que agrandó el campo de experimentación en el cine moderno. También lo ensancharía Edgar Reitz con su Heimat un film que cuenta la historia reciente de alemania y que duró más de quince horas.

En Suecia, Ingmar Bergman se había exiliado por cuestiones fiscales tras grabar de Cara a cara… al desnudo, dejando huérfano al cine de este país, a pesar de Uno y uno de Erland Josephson Sven Nykvist e Ingrid Thulin, que eran una especie de aproximación al cine del director sueco.

Bergman en El huevo de la serpiente, diseccionaría el nacimiento del movimiento nazi y recrearía un drama familiar en Sonata de otoño. Fanny y Alexander sería otra de sus obras en la que relataría las vivencias de dos hermanos.

El cine escandinavo, a pesar de la intervención de personas como Dusan Makavejev con Montenegro, no pudo salvarse de la paralización que sufría.

Otros países europeos como Bélgica, Suiza, Portugal o Grecia, aportaron obras de gran interés. En bélgica, André Delvaux estudió la personalidad femenina en Mujer entre perro y lobo. Pero en esta cinematografía destacaremos a Chantal Akerman, nacida en Bruselas. Sus obras Je, tu, il; Jeanne Dielman, 23 Quai du Comerce, 1080 Bruxelles y Los cuentos de Anna dejaban ver su gran personalidad, aunque pronto después de grabar Golden Eighties, sería absorbida por la industria cinematográfica francesa.

En Suiza destacamos a Claude Goretta con La encajera. Yves Yersin triunfó internacionalmente con Las pequeñas fugas, pero la carrera más sólida sería la de Alain Tanner con Jonas que cumplirá los 25 en el año 2000; Messidor; A años luz y En la ciudad blanca.

El restablecimiento de la democracia portuguesa en 1974 permitió que se diera a conocer mundialmente la obra de Manoel de Oliveira, que contenía una reflexión acerca del espectáculo y del arte. Obras suyas son: Benidle, ou a virgem mae; Amor de perdiçao y Francisca, antes de adaptar Le soulier de satin de Paul Claudel. Theo Angelopoulos en Grecia sería el maestro de los planos-secuencia y autor de O Thiassos; I Kynighi y Megalexandros. Su obra Taxidi sta Kithira realizó una inflexión hacia el intimismo, tratando temas de identidad.

CINE EUROPEO Y AMERICANO CONTEMPORANEOS

La situación del cine europeo se caracteriza por la supervivencia frente a la colonización, ya que las taquillas europeas se encuentran sometidas a la industria norteamericana (hegemónica en todo el mundo). De esta manera, es complicado hablar de cine europeo propiamente dicho, excepto que se entienda por tal las coproducciones de varios países con apoyo de fondos comunitarios, desprestigiadas como europuddings. Pero hay excepciones al margen de este tipo de títulos que ruedan en diversos países y con varios idiomas como son autores como Bertolucci, Von Trier, Win Wenders, Kieslowski y Jean-Jacques Annaud. Su raíz europea se puede apreciar en la universalidad de las temáticas y en el tratamiento de cine de autor que exhiben. En lo que se refiere a el cine de autor tiene una difusión ordinaria en el resto del continente, destacando las cintas francesas y directores como Rohmer (presente en la Nouvelle Vague), Ken Loach, Pedro Almodóvar, Chabrol (presente en la Nouvelle Vague) o Nani Moretti. Por último, tenemos un tercer grupo formado por las grandes producciones y las películas que se difunden individualmente por los valores de cada una.

Diversidad del cine de autor actual en Europa

 

Formado en bellas artes, Maurice Pialat comienza en teatro, como ayudante de dirección de cine y con el cortometraje L‘amour existe. Su escueta filmografía se caracteriza por su dimensión documental y la aproximación realista a seres humanos en situaciones extremas. Manteniendo la distancia con la cámara, Pialat busca centrar la atención en los personajes ya que pensaba que << el cine es la verdad del momento en que se rueda>>. Estamos, quizás, ante el director más personal del cine francés de los últimos años. Su primer largometraje fue L’enfance nue, una película con una gran repercusión y que fue sucedida por La maison des bois y No envejeceremos juntos. Con el paso de los años, filmó A nuestros amores, Police, Sous le soleil de Stan o Le garçu.

Tras su regreso a su Grecia natal, Theo Angelopoulos hace crítica cinematográfica y rueda un corto un largo que queda inacabado. El estilo de Theo es tranquilo, con planos-secuencia que invitan al espectador a reflexionar y contemplar los temas universales (visión crítica de la historia, la sociedad contemporánea, la creación, etc.). Dentro de su filmografía, llama la atención su opera prima: Anaparastasis. También reflexiona sobre la historia reciente de Grecia en Los días del 36¸ El viaje de los comediantes y Los cazadores. También ha rodado El apicultor y El paisaje de la niebla. De sus últimas películas, destaca La mirada de Ulises, celebrada metáfora sobre la imagen cinematográfica, el testimonio y la memoria.

 

Krzysztof Kieslowski se formó en la escuela de Lodz y trabaja durante años en televisión, donde realiza documentales, cortometrajes y programas dramáticos, A partir de La cicatriz rueda para el cine y se da conocer en festivales europeos, sobre todo con Amator, donde mira a la sociedad polaca de manera crítica. Se marcha a vivir a Francia, donde realiza La doble vida de Verónica, reflexión sobre el destino y la casualidad. Después de esto, realiza la trilogía Tres colores (Rojo, Azul y Blanco), la cual le dio fama y que es un homenaje a los valores de libertad, igualdad y fraternidad que defendía la Revolución Francesa. El director polaco, a pesar de su corta filmografía, ha pasado a la historia del cine como aun autor que hace que el espectador se pregunte sobre las grandes cuestiones de la vida. Kieslowski defendía que el hombre siempre ha necesitado de historias para entenderse a si mismo y que siempre cuenta los mismos, siendo el tono de estas historias el punto esencial de las mismas.

Pasamos de un director con una filmografía escueta a uno con una carrera muy dilatada. Manoel de Oliveira es el director de cine portugués más representativo de la historia, quien se reveló como un buscador incansable que practica todos los formatos y reflexiona continuamente sobre la representación y la capacidad que tiene el cine de indagar en la realidad y captar el momento. Trabaja en sus inicios como actor y empieza a dirigir a finales de los años 20 con un documental de estilo realista poético: Douro, Faina Fluvial, retomando este estilo en los 80 coon su homenaje a Jean Vigo (Nice, à propos de Vigo). Su primer largo es Aniki-Bobó. A esta le sigue una serie de películas que conforman una tetralogía sobre los amores frustrados (O pasado e o presente, Benilde ou a Virgem-Mâe, Amor de perdição y Francisca), las cuales están basados en obras de la literatura portuguesa. Tras Sapato de cetim, Oliveira rueda con asiduidad, alcanzando el título al año. Comienza a ser conocido en toda Europa con películas como: Os canibais, A Divina comedia, Viaje al centro del mundo, Palabra y utopía, Una película hablada o O Quinto Imperio.

El músico y director bosnio Emir Kusturica, tras realizar el corto Gernika, tiene éxito en el Festival de Venecia con su primer largometraje: ¿Te acuerdas de Dolly Bell? Aunque alcanza mayor repercusión Papá está en viaje de negocios, que se enmarca en el contexto de la ruptura de Tito con Stalin. Hace un particular visión crítica de los ideales americanos en El sueño de Arizona. También trata uno de los acontecimientos transcendentales de la historia reciente de Europa con fueron las guerras de Yugoslavia en Underground.

 

Liderado por Ken Loach, el cine británico de la década de los noventa destaca por películas que abordan conflictos sociales, como el paro, y las consecuencias que se derivan de la precariedad económica. A mediados de la década de los sesenta, Ken Loach inició su carrera cinematográfica caracterizada por una coherencia inusitada en el compromiso sociopolítico de denuncia de las condiciones de vida de los trabajadores y por la reivindicación de la memoria ante conflictos sociales del siglo XX.

 

La búsqueda de la película realista está en la base de todas decisiones que toma el director inglés: los interpretes ignoran la historia hasta el rodaje de cada secuencia con el fin de crear el personaje con el avance de la trama, busca que las personas que viven en los lugares de rodaje sean parte de la película contando sus experiencias, oculta la cámara lo máximo posible para que el actor no se distraiga, utiliza pocas tomas y pide a sus actores que improvisen. Comienza con Poor Cow y Kes, seguidas de Flame, Family Life, Days of Hope, Looks and Smiles o Fatherland.

 

Empieza a ser conocido en Europa gracias la denuncia que hace de la guerra sucia y del terrorismo del Estado contra el IRA. Riff-raff, Lloviendo piedras y Ladybird, Ladybird forman una trilogía sobre la clase obrera castigada por la policía ultraliberal del thatcherismo, con un tratamiento donde se alternan el drama, el humor y el lirismo que tiene su continuación en Mi nombre es Joe. También mostró su preocupación sobre la Guerra Civil española con Tierra y libertad
 

Al margen de estos directores, llegan autores nuevos de Europa , que consideran el cine estadounidense como el referente de la época.

 

En Europa tenemos a directores como Wolfgang Petersen, Ridley Scott o Constantin Costa Gavras. Wolfgnag Petersen rueda en su Alemania natal El submarino y La historia interminable antes de lanzar su carrera en Estados Unidos, donde rodó Enemigo mío, En la línea de fuego, Troya, Poseidón o La tormenta perfecta.

 

Mucho más interés tiene la carrera de Ridley Scott, quien se forma en el mundo de la publicidad. Tras dirigir Los duelistas, se marcha a Estados Unido, lugar donde desarrolla toda su carrera, en la cual destacan obras de ciencia ficción y thrillers en los que exhibe una fascinación visual cercana al barroquismo como: Alien, Blade Runner (, Black Rain, Thelma y Louise y Hannibal.

 

A pesar de tener películas de gran éxito, algunas no han tenido tanta suerte. Ejemplo de esto son Legend o La sombra del testigo. Su espíritu épico se hace presente en Gladiator o El reino de los cielos. El caso de Constantin Costa-Gavras es particular.

 

Constantin ha desarrollado una carrera muy sólida, caracterizada por la voluntad de denuncia de la corrupción y de la injusticia social, en Grecia, Francia y Estados Unidos. Tras sus dos primeras películas rueda algunas de las películas políticas con mayor relevancia de los años 70 como Z, La confesión, Estado de sitio, Sección especial, Desaparecido/Missing. No tan destacables son algunos títulos como Consejo de familia o El sendero de la traición, aunque recupera la relevancia con La caja de música.

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