Los precursores: Primeros productores y creadores
A NIVEL INTERNACIONAL:
El punto de partida del cine en todos los países, salvando las características únicas de cada caso específico, es siempre el mismo: capturar su mirada dentro del país, es decir, ganarse (y, una vez logrado, mantener) sus espectadores, hecho conseguido a través de conseguir un puesto relevante entre los espectáculos que ya existían. En el desarrollo de estos objetivos, y de todos los del cine en general, podemos destacar las siguientes figuras:
Georges Méliès era un hombre dedicado al mundo del espectáculo en el ámbito de la magia y el ilusionismo. En el cine vio una forma de enriquecer sus trucos. Asistió a la inauguración del cinematógrafo en París en 1895.
Rodó unos 80 títulos en la línea de los Lumière o Edison y tras eso construyó un estudio en Montreuil para llevar al cine su contenido teatral. En este estudio rodó la primera gran película, 15 minutos de duración, “L’affaire Dreyfuss” (1899) y “Cendrillas” (Cenicienta) en 1900 en veinte escenas.
También trabajó en “actualidades reconstruidas” (falsos documentales) como “La coronación del rey de Inglaterra Eduardo VII” (1902), en obras histórico-religiosas como “La tentation de Saint Antoine” (1898) que incluía muchos elementos fantásticos (característico de su cine).
Entre 1896 y 1914 realizó 503 películas.
En su estudio experimentó trucos para darle una visión fantástica a su cine. Algunos de sus experimentos fueron el rodaje a través de un acuario para la fotografía submarina, fundidos, dobles exposiciones, etc.
Creó una productora llamada Star Films que tuvo un éxito esporádico. Su gran éxito fue “Viaje a la luna” (1902), una historia inspirada en la novela de Julio Verne en la que unos astrónomos viajan a la Luna. En otros títulos también uso alusiones al espacio exterior y a la Luna.
Cabe destacar que “Viaje a la Luna” es una de las primeras superproducciones de la Historia del Cine. La mayoría de los cuadros tomados están grabados en una toma única y en plano general con la cámara quieta. La unión de las secuencias eran en su mayoría por corte.
Los decorados intentaban ser tridimensionales y intentaban evocar al asombro del espectador y a la creación de un mundo fantástico más que a la verosimilitud con la realidad. En “Viaje a la Luna” una fila de señoritas empuja la nave al interior del lanzador, la nave cae a la Tierra por su propio peso y en los cuerpos celestes habitan hermosas mujeres.
La productora de Méliès quebró debido a las copias ilegales que se hacían de sus películas y a la competencia. Tuvo que trabajar para Pathé tras el cierre de su productora.
Henry Langlois, creador de la cinemática francesa en 1934, restauró y salvó la mayoría de las películas de Méliès, las cuales en ese momento ya no eran innovadoras debido al lenguaje cinematográfico y a que no mueve la cámara.
A continuación nos dispondremos a hablar de los directores del primer cine americano: Edwin S. Porter, James S. Blackton y Thomas H. Ince.
Edwin Stratton Porter comienza su carrera como realizador en 1901 con documentales dramáticos sobre sucesos periodísticos de carácter sensacionalista. Son películas de dos planos unidas por fundido encadenado. Su obra está inspirada en la de Méliès, por ello comienza la realización de películas de ficción. “Life of an American Fireman” (1903). Aunque su obra más significativa es “Asalto y robo de un tren” considerada por muchos el primer título del cine narrativo propiamente dicho. Porter también hizo series y películas con trucos visuales. Con la crisis del 29 se arruinó y cesó su carrera en el mundo del cine.
James Stuart Blackton se introdujo en el negocio del cine con Albert Smith, con quien fundó la American Vitagraph en 1898, con la que realizó películas de animación y temas mágicos, claramente inspirados en el cine de Méliès. Estas producciones tuvieron tanto éxito que enfrentaron sus producciones con las de Edison en la guerra de patentes.
Finalmente, presionada por Edison,la Vitagraph suspende su producción entre 1901 y 1905. Posteriormente la empresa se decanta por películas de mayor espectacularidad y desarrollo narrativo: adaptaciones de Shakeaspeare, etc. Tras un incendio en su estudio de Nueva York, la acumulación de trabajo como supervisor de la Vitagraph y la publicidad a través de la revista de cine Motion Picture Magacine (primera revista de cine desde 1911).
Con la implantación del sistema de estudios, Blackton encuentra dificultades para adaptarse a la nueva industria y vuelve a rodar algunos documentales.
Thomas H. Ince fue contratado por Laemmle (Universal) como director junto con Mary Pickford y Owen Moore, dos estrellas de la Biograph.
Cuando se instala en California funda los estudios Ranch 101 en el Cañón de Santa Ynez, donde dirige unas 100 películas. Ince supervisa muchas producciones y es pionero en la organización empresarial del sistema de producción, especialista en el trabajo, desglose de guión para la producción y un fuerte control de los costes económicos. Este modelo influirá fuertemente en Hollywood que surge en esos años.
Ince aspira a películas de más calidad, basadas en obras literarias. Posteriormente funda la Kay- Bee y más tarde con Griffith, Sennet y Aitken, la Triangle Film Corporation. En esta compañía se encarga de las comedias dramáticas,filmes sociales, western y películas de propaganda política. Murió en circunstancias extrañas en el yate de William Randolph Hearst.
EN ESPAÑA:
En el caso español cabe destacar su lentitud en los primeros años de desarrollo, lo cual causa el retraso evolutivo que, paulatinamente, lo va separando de los demás cinemas occidentales. Así, mientras que los cinemas europeos (destacando Francia, Inglaterra, Dinamarca e Italia) y el norteamericano crean imperios cinematográficos, el cine español (barcelonés, principalmente) se muestra débil, subsistiendo con los productos extranjeros.
Entre las características principales que explicarían el retraso español podemos considerar: la sociedad tercermundista y pre-industrial del momento (finales del siglo XIX, principios del XX), en contraposición del desarrollo urbano e industrial de Cataluña, promotora de nuestro cine; y las disputas que supone el enfrentamiento entre la tradición y la tendencia progresista, rupturista y regeneradora (y estas dos con el afán de identificación propia de Cataluña) , dentro de las cuales está incluido el cine.
En estos primeros años del cine español, toman relevancia el documental y el reportaje (muchas veces de temas y situaciones populares de España), ya que esta clase de películas no requería infraestructura industrial significativa ni exhibición financiera, pero podían igualmente exponerse repetidamente e incluso exportarlas al extranjero (dependiendo de su temática). Gracias a su producción, se podía asegurar una mínima presencia autóctona en las pantallas y asentar la base de las cinematográficas españolas.
En este panorama, podemos destacar figuras como:
Fructuos Gelabert, inaugural pionero de nuestro cine (activo desde 1897), resaltando su obra Riña en un café. Fue un habilidoso ebanista y aficionado de la fotografía (incluso llega a crear sus propias cámaras fotográficas), al cual se le puede considerar operador, director, productor, empresario, instalador de cinemas e incluso técnico en mantenimiento de aparatos cinematográficos. Sus documentales, alejados de las disputas de la sociedad, dan lugar a un gran muestrario de panoramas turísticos y paisajes folclóricos (gracias a sus viajes y desplazamientos como técnico de mantenimiento).
En 1902 se crea la Sala Diorama, que proyectaba películas y, posteriormente, instala salas de proyección, fabrica aparatos cinematográficos y establece un laboratorio de revelado. Para llevar a cabo todo esto, contrata a Gelabert. La evolución de esta sala, posterior empresa, nacerá Films Barcelona (1906 - 1913), cuyas proyecciones serán las realizadas por Gelabert.
Otro gran personaje del cine español, es Ricard Baños, quien viajó a París para perfeccionar su dominio técnico en los rudimentos fotográficos en la empresa Gaumont. Regresa a Barcelona en 1905 y aquí, junto con Alice Guy, rueda números de zarzuelas para el catálogo del sistema sonoro de Gaumont. Fue un operador, director y productor que se centró en la realidad que le rodeaba. Logra el éxito con su productora Hispano Films.
También cabe destacar a Ángel García Cardona, operador y exhibidor. Abre un salón de proyecciones con laboratorio en 1899, por lo que roda varios reportajes para nutrir sus sesiones, aunque se ve obligado a combinarlos con otros espectáculos escénicos. Filma numerosas películas, pero en 1901 tiene que cerrar su salón.
Paralelamente, Antonio Cuesta Gómez, comerciante de droguerías, fue añadiendo material fono y fotográfico, laboratorio de revelado e impresión de cilindros en su establecimiento. A raíz de esto, mantiene una estrecha relación con Ángel García, y, con el éxito de su negocio, inaugura en 1904 una sección cinematográfica en su local, cuyas filmaciones se las encarga a Ángel Garcia. El éxito que logran ambos da lugar a un amplio archivo de filmaciones, posibilitando a los clientes elegir qué ver (repertorio centrado en los festejos populares). Así, se considera a Cuesta como el primer exportador cinematográfico del país.
Por último, podemos centrarnos en el caso del fotógrafo Narcís Cuyás, que inicia en 1910, bajo la marca Iris Films, la producción de diez títulos basados en dramas de grandes autores, como Cervantes o el Duque de Rivas. El resultado de estas obras, consideradas un acercamiento al Film d´art francés (aspecto tratado en breves), fue la interrupción de las filmaciones, el licenciamiento de Cuyás y la separación de los socios de Cabot i Puig y Verdager Mota (empresa para la que trabajaba Cuyás). Cabot i Puig reorganiza la empresa y empieza a producir numerosos documentales (creados por Gelabert), los cuales sanean las finanzas tras las filmaciones de Cuyá.
EN GALICIA:
En cuanto a Galicia, destaca la temprana aparición del cine respecto a otras urbes de mayor extensión. Siendo A Coruña el núcleo cinematográfico principal de Galicia, por ser la primera ciudad gallega a la que llegó el cinematógrafo y por la labor que realizaron personajes como José Sellier, fotógrafo francés y pionero del cine gallego que se convirtió en el primer operador nacional con empresa propia y que además, fue el primero en utilizar la cámara Lumière.
José Sellier nace en Francia en 1850 y se traslada en 1886 a A Coruña, lugar donde residía su hermano pequeño, Louis Sellier, famoso fotógrafo, con el que comparte durante un tiempo la titularidad del gabinete fotográfico ‘’Fotografía de París de Sellier hermanos’’. Posteriormente se traslada con su mujer a una casa situada en la calle San Andrés y en el bajo monta su propio negocio fotográfico, que supera con creces al de su hermano.
Cabe resaltar que además de su interés por la fotografía mostraba una gran curiosidad por los avances tecnológicos, y gracias a su amistad con los hermanos Lumiére adquiere el cinematógrafo y otros materiales que utilizó en su negocio y exhibe películas nacionales, rodadas por el mismo, como el entierro del General Sánchez Bregua.
Además, Sellier viajó con su cinematógrafo por otras ciudades gallegas como Vigo y Santiago exhibiendo películas también realizadas por él como ‘’Matadero’’ y ‘’Regreso de Cuba’’, por lo que se hizo todavía más famoso.
Por último, es necesario destacar que José Sellier tuvo que lidiar con la competencia del operador César Marqués y el actor Alexandre Pais de Azevedo, que trajeron a Galicia, desde Lisboa y Porto, el cinematógrafo ‘’oficial’’ con el que llevaron a cabo infinidad de sesiones de cine, en diversas ciudades gallegas como Pontevedra, Vigo, Tui, A Coruña, Ferrol y Lugo. Sin embargo, Sellier contó con mayor prestigio.