Hollywood vuelve a imponerse
ESTRATEGIAS Y RESPUESTAS DEL NEO-HOLLYWOOD:
El cine norteamericano acusó el impacto de los factores antes reseñados. Desde 1973 se añadió el proceso de la crisis y de erosión económica desencadenado por el primer "choque petrolero" de Oriente Medio, sumándole el escándalo del Watergate y la derrota de la guerra de Vietnam. El nuevo despegue del colosalismo espectacular tuvo su más explícita manifestación en el cine de catástrofes y ficción; que fueron la respuesta a la resistencia ecologista. El relanzamiento de la espectacularidad y del sensacionalismo era funcional y concordante con la composición del mercado cinematográfico norteamericano. Después del lanzamiento en 1975 de "Jaws" por Steven Spielberg, aparecen las fantasías parapsicológicas y los psico-thrillers de Brian de Palma como "Carrie, 1976", "The fury, 1978", "Psicosis, 1960" de Hitchcock" o "Dressed to kill, 1980".
Incluso Stanley Kubrick después de "Barry Lyndon" se adentró en este género con la adaptación de la novela de Defoe "El resplandor" en 1979. Entre los más reconocidos se encuentra "La noche de Halloween" de John Carpenter en 1978. Este género compactó con los temas de gangsters como puede ser la pelícla de De Palma "Scarface, 1983" con Al Pacino, en comedia negra como John Huston en "El honor de los Prizzi, 1985" o destapando los manejos en Nueva York como Michael Camino en "Manhattan Sur, 1985".
Estos géneros sensacionalistas hicieron que tuvieran mucho éxito películas como "La guerra de las galaxias, 1977" de George Lucas, "Encuentros en tercera fase, 1977" de Steven Spielberg o "Alien, 1979" de Ridley Scott.
Un subgénero paralelo apareció con "Blade Runner" en 1982 de Ridley Scott o "Rescate en Nueva York" en 1981 de John Carpenter, pero no pudieron hacer sombra a E.T de Steven Spielberg en 1982. La ciencia ficción se convirtió en las más directa beneficiaria del arsenal de nuevos efectos especiales que surgían en cascada de factorías de ensueños. Una muestra fue "Tron, 1982" de Steven Spielberg producida por Walt Disney que inauguró el uso de la imagen electrónica digital en el cine comercial. Ante el monopolio de estas grandes empresas, Francias Ford Coppola fundó American Zoetrope, creando junto a otros italianos, otro Hollywood donde se mezclaban las reivindicaciones estéticas y las rivalidades comerciales. Su empresa configuró, junto Lucasfilm, el exitoso tebeo de aventuras "En busca del arca perdida, 1981" que se calificó como neo-Hollywood. Según la novela de Alice Walker, se opuso una vocación explicitada de cine de autor, sin renunciar por ello a ciertas premisas espectaculares de la exitosa tradición norteamericana.
Las dificultades de Coppola para armonizar las tareas de productor y de realizador se hicieron visible en "Apocalypse Now, 1976-1979". Adoptando una perspectiva más humanitaria está "Taxi Driver, 1975" de Martin Scorsese, "El cazador, 1978" de Michael Cimino y "El regreso, 1978" de Hal Ashby. Pero la reconstrucción de un nuevo Hollywood triunfalista en las cirscunstancias de fuerte competividad de otras industrias del ocio se veló difícil con el fracaso de "La puerta del cielo, 1981" y "Corazonada, 1981" donde una lluvia de críticas terminó con la carrera de Coppola. Tras ese fracaso económico se refugió en un presupuesto reducido para realizar "La ley de la calle, 1983", una de las mejores películas norteamericanas de la década o "Cotton Club, 1984".
Tras el éxito de "Rocky, 1976", Scorsese volvió al género con "Toro salvaje, 1980" que no solo reivindicó el uso del blanco y negro, sino que recuperó el esquema clásico del ascenso y caída al reconstruir la biofrafía del excampeón Jake La Motta. Martin Scorsese supo convertir el espacio nocturno de Nueva York en "After Hours, 1985" mientras Paul Schrader osció entre una renovada lectura moral del cine de terror en "El beso de la mujer pantera, 1982"y "Mishima, 1985". Una mirada que cineastas veteranos, como Sidney Pollack supieron proponer también en films como "Memorias de África, 1985" o de la obra de Robert Altman "Nashville, 1975" o "Un día de boda, 1977". Esta relación de coralidad no le impidió algún interesante estudio intimista como "Tres mujeres, 1977".
En el campo de la comedia, Woody Allen, fue el más conspicuo representante de la época de crisis del género como en películas como "Annie Hall, 1977", "Interiors, 1978", "Manhattan, 1979", "Standust Memories, 1980". La obra de Allen fue creciendo con su sensacional falso documental acerca del hombre-camaleón "Zelig, 1983", "Broadway Danny Rose, 1984", "The pruple Rose of Cairo, 1985" y "Hannah and Her Sisters, 1986". Una de la comicidad de Allen fue la dificultad de las relaciones entre los dos sexos, especialmente en una época de acelerado cambio de roles sociales y domésticos. Esta mutación de roles estuvo expresada de modo festivo en los frecuentes travestis del cine americano como el de Julie Andrews en "Victor Victoria, 1982" de Blacke Edwards y de Dustin Hoffman en "Tootsie, 1982" de Sydney Pollack. Cabe destacar la tardía resurrección artística que operó Jerry Lewis en "The king of the Comedy, 1982" de Martin Scorsese y en "Smorgasbord, 19832 del propio Lewis.
El tránsito de la América de Jimmy Carter a la América de Ronald Reagan tuvo su reflejo político en las pantallas con un deslizado movimiento ideológico bastante pronunciado. La memoria de Vietnam había sido propuesta en "Southern Comfort, 1981" por Walter Hill, más tarde Costa-Gavas iba a crear "Desaparecido, 1982" donde plasmaba el depotismo criminal de la dictadura chilena de Pinochet. Pero la consolidación de los valores del reaganismo en la sociedad americana tuvieron su puntual reflejo en la resurrección del diclo de Guerra Fría y de rearme moral. Así nacieron "Red Dawn, 1984" en donde John Milius, narró una invasión soviética a los Estados Unidos. Es cierto que títulos como "Platoon, 1986" de Oliver Stone emergieron como estridente contrapunto ideológico. Pero la tendencia a simplificar y a trivializar la historia y las relaciones humanas y sociales fue dominante en el cine hollywoodense.
Por otra parte Hollywood continuó atrayendo a profesionales extranjeros de valía como Louis Malle en "Pretty Baby, 1987" y rodó bajo pabellón canadiense "Atlantic City, 1980". Mientras en el reducto de resistentes al cine dominante algunos siguieron trabajando de espaldas como Barbara Kopple en "Harlan County U.S.A, 1976", también en "Blue Collar, 1978" de Paul Schrader. En el campo marginal del cine off-off y vanguardista se reveló clamorosamente el joven David Lynch cuya "Eraserhead, 1976" bebió en fuentes expresionistas y surrealistas. No fue capaz de controlar la peculiaridad de "Dune, 1984" pero si iba a tener más soltura en el marco de una trama criminal propia de serie B como "Blue Velvet, 1985". En la nueva hornada de jóvenes realizadores también se reveló la propuesta “posunderground” de Jim Jarmusch. Con la muerte de Orson Welles en 1985 desaparecería el fundador del cine moderno. Es cierto que algunos cineastas veteranos y de valía continuaban todavía en activo como Samuel Fuller, a quien la Paramount denegó la distribución de su antirracista "White Dog, 1982. O como el mismo John Huston, a quien su quebrantada salud no le impidió llevar a la pantalla la novela de Malcolm Lowry "Under the Volcano, 1984".